Sentirme solo, sentirme diferente

Muchas veces he querido ser como los demás, no sentirme solo, no sentirme diferente. En ocasiones, no veo a los demás como iguales, no los entiendo, estoy con todos y no estoy ahí, siento que no pertenezco a ese lugar, me siento incómodo, inseguro, tímido, veo lo que hacen pero no comparto, no colaboro, muchas veces la gente me es indiferente. Aún rodeado de gente, he llegado a sentirme en penumbras, oscuro, sombrío, con una rara sensación de encierro. Es una sensación extraña y confortable a la vez, de un encierro voluntario donde me siento seguro. Y no quiero salir de ahí, no quiero salir de mí mismo, de ese lugar aislado y abandonado, donde el único fantasma soy yo. A veces, me pasa que quiero estar quieto, sintiendo los olores de mi soledad, escuchando mis propios latidos, escuchando el zumbido de mis pensamientos; así, encerrado, viendo la vida pasar a través de las estrechas ventanas de mis ojos. Sé que debo salir de mí pero no quiero, algo me detiene, me hace permanecer agazapado, inmóvil, atrapado en esta cárcel, atrapado en mí mismo. Quisiera no tener esta desastrosa claridad mental que no me abandona nunca, que siempre me acompaña para hacerme ver las cosas tal como son, incluyéndome a mí mismo. Quisiera no criticar, no analizar, sólo aceptar a los demás, dejarme llevar. A veces quisiera haber sido una persona ignorante e inculta, tal vez así hubiera sido feliz. Quisiera tener un Dios y pedirle cosas, sentir consuelo, sentir amor, sentir paz. Quisiera no extrañar algo, no sentir que algo me hace falta. Muchas veces he querido sentir amor, he deseado amar a alguien profundamente y ser correspondido. Muchas veces he querido ser feliz, estar en paz conmigo mismo y con los demás, sentirme pleno, satisfecho. Pero no sé que pasa conmigo, no me entiendo del todo, solamente sé que me siento solo, me siento diferente.